enero 30, 2012

Las Ocho Grandes Ramas de nuestro Árbol Familiar


      Para reiniciar este año nuestra investigación genealógica familiar, nos ha parecido que podría ser oportuno comenzar por escribir en este blog ocho artículos que traten sobre las Ocho Grandes Ramas que parten de nuestros ocho bisabuelos.

      Cada uno de ellos —cuatro varones y cuatro mujeres— representa una de esas Ocho Grandes Ramas de nuestro árbol genealógico familiar.

      Esas Ocho Grandes Ramas son más o menos frondosas, según el caso. Algunas lo son mucho, como la gran rama que se origina en nuestro bisabuelo Cándido Madaleno Gasteasoro; otras son más pequeñas.

      Cada una de estas Ocho Ramas de ancestros está llena de sorpresas, datos curiosos, historias brillantes, y también vidas muy ordinarias y ocultas.

      En los ocho artículos que nos proponemos escribir en este año 2012, trataremos de ofrecer a los lectores de este blog un resumen de lo que nos ha parecido más interesante en la investigación que hemos llevado a cabo, según nos fuimos metiendo más y más entre el tupido follaje de las vidas de nuestros ancestros.

      Evidentemente, no quedará todo expuesto, y ni siquiera lo que quizá pudiera ser más destacado.

      Lo que haremos es escoger los sucesos, hallazgos, detalles…, que nos han dejado una impresión más viva en la memoria y ahora queremos dejar por escrito, antes de que pasen al olvido en la enredada maraña de la historia, que desde hace más de diez años hemos querido revivir en nuestro sitio web “BISABUELOS”.

      Así pues, comencemos por una breve visión de las Ocho Grandes Ramas de nuestro árbol genealógico.

1. Antepasados de Leandro Cano Gracia (1840-1896). Comandante de Infantería, del Ejército Isabelino. La gran mayoría de ellos son manchegos, originarios de Pozuelo de Calatrava, provincia de Ciudad Real. Ahí nació Leandro y de ahí fueron sus padres, abuelos, bisabuelos, etc. Algunos de sus antepasados más remotos provienen de otras poblaciones manchegas (Daimiel, Carrión de Calatrava, Almagro…), y también de Castilla.

2. Antepasados de Joaquín Sordo Pérez (1823-1907). Propietario de un huerto de manzanas y un lagar de sidra, en Asturias. Joaquín nació en el Concejo de Llanes, Asturias, lo mismo que casi todos los antepasados que conocemos de él.

3. Antepasados de Fidel Faro Arche (1847-1916). Maestro de Segunda Enseñanza en Valladolid y Cantabria. Sobre la sub-rama “Faro” no tenemos ninguna noticia, a pesar de haber tratado de encontrar datos sobre ella. Lo único que sabemos es que el padre de Fidel se llamaba Marcelino Faro, que al parecer nació en Riotuerto, Cantabria, y que su familia provenía de otro lugar (¿Galicia?, ¿Aragón?, ¿Cataluña?...). En cambio, de la sub-rama “Arche” sabemos más cosas: la mayoría de sus integrantes (antepasados de Fidel) eran cántabros de origen flamenco (valón, de Lieja, Bélgica).

4. Antepasados de Cándido Madaleno Gasteasoro (1834-1901). Propietario de la gran Hacienda de La Laja, en el estado de Querétaro, México. La inmensa mayoría de antepasados suyos eran originarios del País Vasco y, algunos pocos, de Castilla la Vieja. Algunas de sus ramas vizcaínas, guipuzcoanas y alavesas, se extienden hacia la época de los Parientes Mayores (siglos XIV y XV) y la Edad Media. Esta gran rama es la que más hemos estudiado y de la que más datos interesantes tenemos.

5. Antepasados de Manuela Ruiz Escajadillo (1856-1898). Cántabra de pura cepa, Manuela —mujer de Leandro Cano— nació en Ampuero y todos sus antepasados próximos son de esa región (Ampuero, Limpias, Aras,…). Una buena porción de sus ancestros provienen de la región de Espinosa de los Monteros, y eran pasiegos.

6. Antepasados de Ángela Mijares Merodio (1823-1887). Al igual que su marido —Joaquín Sordo—, Ángela era oriunda de Llanes, así como prácticamente todos sus antepasados conocidos, que no son muchos, pues hemos llegado sólo hasta quienes vivieron en el siglo XVII.

7. Antepasados de Luisa de la Vega Cobo (1845-1931). Luisa —esposa de Fidel Faro— era originaria de La Cavadsa, municipio de Riotuerto, Cantabria. Todos sus antepasados eran de esa zona, aunque, igual que su marido, tiene un poco de sangre flamenca.

8. Antepasados de Paz Domínguez Quintanar (1838-1898). Nuestra bisabuela Paz —mujer de Cándido Madaleno— es la representante de la única rama mexicana. Lo que tiene de mexicano le viene de su madre —Ignacia de Quintanar—, criolla novohispana al 100%. En cambio, el padre de Paz era 100% de origen peninsular: 75% andaluz y 25% gallego. La sub-rama mexicana de Paz tiene un interés especial para nosotros, pues vivimos en México y constituye, por lo tanto, nuestra única raíz profunda en esta tierra. Y, verdaderamente, es profunda la raíz, pues llega hasta los primeros conquistadores de la Nueva España. La investigación que realizamos en 1998 y 1999 sobre los antepasados de nuestra bisabuela Paz Domínguez, tuvo como fruto la publicación de un libro: Víctor Cano Sordo, De la Luisiana a la Nueva España, La Historia de Juan Bernardo Domínguez y Gálvez (1783-1841), Impresora Múltiple, México 1999.

enero 19, 2012

Ramírez de Coy, Contreras y Servín

Armas de un linaje Contreras
        Antepasados de Paz Domínguez Quintanar.

        Ramírez de Coy, Contreras y Servín: Querétaro.

        Recientemente, Fabiola Maldonado Ramírez nos ha proporcionado noticias sobre la posible razón por la cual Narciso de Quintanar (1741-1802), en la exposición que hizo sobre la limpieza de sangre de su familia, para aspirar al cargo de Alguacil Mayor de San Juan del Río, Querétaro, haya mencionado que su suegra Dolores Ruiz Servín, llevaba el apellido “Contreras”.

        Entre los antepasados de doña Dolores Ruiz Servín (c.1718-1802) no hemos encontrado alguno que lleve el apellido “Contreras”, pero sí hemos encontrado que una de sus bisabuelas, por vía paterna, era Juan Ramírez de Coy (Querétaro, 1640).   

        Al parecer, los Ramírez de Coy, de Querétaro, en el siglo XVI, aunque eran “Ramírez”, en ocasiones, anteponían el apellido “Bravo” al “Ramírez”.

        Por ejemplo, en el Catálogo de Pasajeros a Indias del año 1555, encontramos a un Licenciado Bravo, hijo de Hernán Ramírez e Isabel Brava (Catálogo de pasajeros del año 1555) y a su hermano Francisco Bravo Ramírez.

        Doña Fabiola Maldonado nos proporcionó, además, el siguiente registro del Catálogo de Pasajeros a Indias:

“Pasajero L7 E 5589: Sebastián de Contreras, natural de Lepe hijo de Pedro Bravo y Catalina de Contreras con su esposa Francisca Ortiz hija de Francisco de la Mora y Constanza Lorenzo, con su hija Catalina de Contreras y su criada Elvira, 1599”.

        Al parecer, “Pedro Bravo”, realmente era “Pedro Ramírez Bravo”, y su hijo utiliza el apellido materno “Contreras”.

        En el siglo XVI era muy frecuente que, aún más las mujeres, utilizaran el apellido de alguna de sus abuelas o bisabuelas.

        Este puede ser, por tanto, el origen del “Contreras” de doña Dolores Ruiz Servín.

        Doña Fabiola Maldonado dice que los Servín tenían relación con los Ramírez y con los Contreras. Por lo tanto, quizá el apellido “Contreras” de Doña Dolores Ruiz Servín, pudiera venirle por lo “Servín”.

        Son sólo algunos apuntes sin certeza documentada, pero pueden servir para que, más adelante, encontremos una comprobación más precisa.    


enero 17, 2012

Ojeda y Santa Ana


Armas de Ojeda

    Antepasados de nuestra bisabuela Paz Domínguez Quintanar.

    Ojeda: Islas Canarias, Ciudad de México, Salvatierra, Guanajuato

    Santa Ana: Medina de Pomar, Querétaro, Salvatierra, Guanajuato

        En octubre de 2011, recibimos una información proporcionada por Fabiola Maldonado, sobre nuestro linaje Ojeda (Oxeda).

        Los datos que teníamos hasta ahora eran los siguientes: Jerónima de  Oxeda, casó en la Parroquia de la Santa Veracruz (México, D.F.), con Cristóbal de Santa Ana, el 5 de septiembre de 1633.  En la partida de matrimonio están los padres de ambos: Juan Vázquez y María Rodríguez (padres de Cristóbal), y Marcos Martín y María Cecilia.

        Fabiola Maldonado nos añade lo siguiente: Marcos Martín de Oxeda fue esposo de María Sicilia. Ambos pudieron ser italianos. Marcos era hijo de Alonso de Oxeda y nieto del piloto Nuflo Martín, esposo de Inés Oxeda, residentes en las Islas Canarias, cuyos registros pueden consultarse en el árbol genealógico de Fabiola (en Geneanet mfabiola). Nuflo Martín naufragó en un barco cargado de oro y su hijo, Alonso, pidió licencia para traer a su madre, doña Inés, a México. Estos Martín, tienen relación con los Servín y los Ramírez Coy, de Querétaro.

        Hemos puesto al día nuestro linaje Ojeda y también el linaje Santa Ana pues, revisándolo con más calmas, pensamos que el padre de Cristóbal pudo ser Simón de Santa Ana, hijo de Hernando de Santa Ana, originario de Medina de Pomar en las montañas de Castilla.       

enero 16, 2012

Introducción al Blog

Juan Bernardo Domínguez y Gálvez
     Aunque ya en el año 2007 tuvimos la idea de iniciar un blog para incluir en él algunos articulos interesantes sobre genealogía e historia, lo cierto es que el proyecto quedó en espera de una mejor oportunidad.

     Ahora, cinco años después, nos hemos decidido a poner en práctica esa vieja idea, pero variando un poco su objetivo. Lo que haremos a partir de este enero del año 2012, es utilizar este blog para ir dando a conocer los nuevos hallazgos en nuestas investigaciones, además de aprovecharlo para redactar algunos artículos nuestros o reproducir los de otros autores que puedan ser de interés para nuestros lectores.

     En noviembre pasado, BISABUELOS recibió el premio Milagros Llorens 2011, concedido al mejor sitio wed individual de contenido genealógico. Esta distinción nos honra grandemente, y también -onus et honor- nos obliga a tratar de aumentar la calidad de nuestra página de genealogía.

     El retrato que aparece en esta primera entrada del blog es el de nuestro tatarabuelo Juan Bernardo Domínguez y Gálvez (1783-1847). El estudio de su biografía, que antes del año 1998 permanecía prácticamente desconocida para la gran mayoría de sus descendientes, fue como la chispa que nos introdujo en el maravilloso mundo de la genalogía familiar. En diciembre de 1999 pudimos publicar su vida con el título: De la Luisiana a la Nueva España; obra que quería destacar la importancia que tuvo en su vida, y también en la de sus descendientes, el evento ocurrido en octubre de 1813: su destino, desde del Regimiento de Infantería Fijo de la Luisiana, al Ejército de la Nueva España.

     Después de pasar, en distintos regimientos, más de siete  
María Ignacia Quintanar. Oleo sobre tela de Areola Juárez, 1967. Hacer Click para aumentar el tamaño de la imagen.
María Ignacia Quintanar
años, participo, junto Don Agustín de Iturbide, en la toma de la Ciudad de México por el Ejército Trigarante y, por lo tanto, en la consumación de la Independencia de México.

     A partir del estudio de su biografía, nos adentramos también en la impresionante aventura de conocer los antepasados novohispanos de su mujer, Doña Ignacia de Quintanar, sobrina del Mariscal de Campo y más tarde Presidente de la República, Don Luis de Quintanar. Llegar a conocer los orígenes novohispanos y peninsulares de esta rama, en el siglo XVI, fue un verdadero gozo.

     Una vez explorados los antecedentes familiares de nuestra bisabuela Doña Paz Domínguez Quintanar (1838-1998), décima hija de Juan Bernardo e Ignacia, nos metimos a fondo en la tarea conocer el origen familiar de su esposo, el bilbaino Don Cándido Madaleno Gasteasoro, revisando multitud de partidas sacramentales del País Vasco.

     Fue entonces cuando pensamos en el proyecto de proseguir la investigación de nuestros otros seis bisabuelos: un Comandante de Infantería en el Ejército Isabelino (Leandro Cano Gracia), una mujer cántabra que murió muy joven (Manuela Ruiz Escajadillo), un maestro de segunda enseñanza radicado en Valladolid pero de origen flamenco (Fidel Faro Arche), su mujer, cántabra de pura cepa (Luisa de la Vega Cobo) y dos oriundos y con raíces profundas en el Concejo de Llanes, Asturias (Joaquín Sordo Pérez y Ángela Mijares Merodio).

     La tarea ha sido ardua, pero muy fructífera. Nos ha llevado a épocas y lugares remotos que alcanzan la genealogía medieval, tan misteriosa y apasionante.

     Ahora, en enero de 2012, se puede decir que hemos abarcado casi todo el amplio espectro de las posibilidades básicas de investigación familiar, después de quince años de estudio lleno de satisfacciones. Es verdad que nunca se puede dar por terminado el empeño por descubrir nuevas vetas de conocimiento, en este amplio campo. Pero también hay que reconocer que, lo que podamos recoger de ahora en adelante, será a costa de un esfuerzo adicional y extraordinario.

     No obstante, el reto se presenta nuevamente alentador. Si Dios nos da salud y tiempo, no faltará el interés por seguir esta noble tarea de penetrar más y más en las raíces de nuestra historia familiar.

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